Liga Santander: Girona - Real Madrid

Esta no es su Liga

Girona Real Madrid
El Real Madrid cayó 4-2 ante el Girona.

El Real Madrid cayó en Girona porque está claro que esta no es su Liga. Una exhibición tremenda de Castellanos, que anotó cuatro goles, unida a un partido infame de Militao y del resto de la defensa blanca condenaron a los de Ancelotti a una derrota fea pero inocua. Vinicius, presa fácil en su habitual caza fuera de casa, fue el mejor de un Madrid que tiene la cabeza en otra cosa. Bueno, la cabeza, el corazón, las piernas…

Rotaba Ancelotti. Con la Liga perdida antes de Semana Santa, el técnico del Real Madrid hace con los minutos lo que Pedro Sánchez con las subvenciones públicas: repartirlos a su antojo. Así que Carvajal, Kroos, Modric y Rodrygo, suplentes ante el Celta, eran titulares en Girona, donde no habían viajado ni Courtois ni Benzema, amén de los lesionados Alaba, Mendy y Hazard, siempre bulto sospechoso y ya casi ex futbolista.

Pero no divaguemos. La alineación del Real Madrid en Montilivi era la siguiente: Lunin; Carvajal, Militao, Rüdiger, Nacho; Valverde, Kroos, Modric; Asensio, Vinicius y Rodrygo. Ni tan mal, oiga. Enfrente el Girona de Míchel, equipo satélite del Manchester City de Guardiola, que deambula por la Liga con los deberes hechos y sin ningún agobio.

El Real Madrid salió como un adolescente a un botellón: con prisa por beberse al Girona y con las pilas puestas. A los 20 segundos pudo marcar Rodrygo uno de esos goles que se recuerdan durante lustros con un precioso taconazo en el primer palo a un centro lateral de Modric. Entre el defensa y el meta Gazzaniga abortaron el gol.

No levantaron el pie los de Ancelotti, que pusieron cerco al área local y acumularon ocasiones. Nacho primero y Fede Valverde después pusieron a prueba a Gazzaniga por arriba y por abajo. Cogió un resuello de aire el Girona con un par de posesiones largas. Pero el partido era blanco. O lo parecía. Porque un error en cadena de la zaga del Madrid provocó que los locales se adelantaran en el marcador.

Lo explico. Primero Carvajal no tapó el pase interior de Riquelme, que Militao no acierta a despejar. Rüdiger también se salió de sitio al perseguir a Iván Martín, que se la dio a Miguel Gutiérrez para que la pusiera al centro del área donde Castellanos cabeceó a placer. El Girona se ponía por delante sin quererlo ni merecerlo.

El Girona golpea primero

Luego Montilivi comenzó a tomarla con un inspirado Vinicius, que entró al trapo al señalarse el escudo de campeón del Mundo. El brasileño, que había salido inspiradísimo, empezó a recibir por igual tarascadas en el césped e insultos en la grada. Firmó una jugada maradoniana en el 22 en la que sentó a cinco rivales y se la dio a Rodrygo para que marcara, pero el brasileño la echó a las nubes.

Y pasamos del gol cantado del Real Madrid al gol de verdad del Girona. Lo volvió a marcar El Taty Castellanos, que se aprovechó de un Militao blandito y despistado en un pelotazo a ninguna parte. Le metió un poco el cuerpo y le bastó para ganarle el sitio. También la carrera. Así que se plantó solo ante Lunin y logró el segundo.

Si Ancelotti hubiera tenido chicles con cicuta se habría tomado una caja. Alucinaba pepinillos con los errores defensivos de su equipo. El partido de Militao era para que sus aduladores de nuevo cuño volvieran a la cueva. No es que no sea el mejor central del mundo, es que a veces comete errores de Spasic.

Pero aunque no se lo crean el Madrid no estaba jugando mal. Al final obtuvo el rédito a su dominio en el minuto 33 con un centro medido de Asensio al segundo palo que atacó Vinicius que se incorporaba desde segunda línea. Vini celebró el gol entre los insultos de Montilivi. Y luego volvieron a pegarle palos, palos y más palos, como cada vez que se aleja de La Castellana.

Iglesias Villanueva, cobarde y superado, permitió la cacería descarada y premeditada a Vinicius, amonestado por quejarse de tanto golpe. Ancelotti tenía la obligación de quitarle para evitar que le lesionaran, porque iban camino de ello. El descanso le ayudó a driblar la enfermería.

Verbena blanca atrás

Regresamos del entreacto y el Real Madrid siguió siendo un drama. Dramón atrás. Ni un minuto tardó Castellanos en firmar su hat-trick ante una defensa blanca de circo. A Nacho le cosió Yan Couto un traje por su banda. Retratado él y retratados otra vez Militao y Rüdiger, que dejaron pasar la pelota para que el delantero del Girona embocara y lograra su primer triplete en España.

Ancelotti lo pagó con Nacho, al que retiró del campo para meter a Camavinga. Mientras, Vinicius seguía librando su propia guerra y debió ser expulsado por una entrada sobre Arnau cuando ya tenía amarilla. Carletto no daba síntomas de que fuera a cambiarle. Error. Como el que cometió Militao poco después de la media hora, al no saber despejar un centro sencillo a la salida de un córner. Volvió a robarle la cartera El Taty Castellanos, que firmó su particular póker. Menos mal que Militao no va a marcar a Haaland en el Bernabéu.

Desde 1947 nadie en la Liga le había metido cuatro goles al Real Madrid y lo había conseguido El Taty Castellanos. Tal fue su exhibición que Míchel le retiró del campo en el 73 para que Montilivi se viniera abajo. Igual que el equipo de Ancelotti, que deambulaba por el partido sin pena ni gloria. Con decir que Carletto metió a Lucas por Carvajal y a Mariano por Rodrygo en el 78 se explica todo. A Vinicius, que seguía pidiendo a gritos la roja, le mantuvo. Así de burro es Ancelotti.

Pasaron los minutos de la basura y, afortunadamente, al Real Madrid no le ocurrieron más desgracias. Sí la pequeña sonrisa de Lucas Vázquez al maquillar el marcador con el 4-2 definitivo tras la enésima jugada genial de Vinicius. El Girona celebró su victoria como si hubiera ganado la Champions y el equipo de Ancelotti regresó a Madrid a seguir pensando en sus cosas: la Copa y la Champions.

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